No me la quito de la
cabeza. Hacía mucho tiempo que una película no me removía de esta manera, tanto
por la forma en que está realizada como por los hechos que cuenta. Y si escribo
este artículo en el blog es porque quiero hacer proselitismo: en los tiempos
que vivimos, cualquier persona que se autodefina de izquierdas, debería
autoobligarse a verla.
Por un lado, está la
película como tal. Definirla como falso documental se queda corto. Está
dividida en dos partes, de aproximadamente 2 horas 20 minutos cada una. Durante
tres días, en una fábrica abandonada de París, en el año 2000, se dieron cita
actores/actrices no profesionales, colectivos de desempleadxs e inmigrantes
ilegales para dar voz a la Comuna de París. Hablamos de que la Historia no la
hacen sólo los grandes personajes, sino que se hace desde la calle. Cada
persona preparó su papel en función de sus convicciones personales. No hay un
protagonista, hay un colectivo protagonista. Y luego está la barrera entre la
ficción y la realidad: si bien la primera parte muestra el estallido de la
comuna y su puesta en funcionamiento casi siempre desde la ficción, en la
segunda parte dicha barrera desaparece, ya que en escenas perfectamente
encajadas, los actores/actrices cuestionan sus motivaciones y comparan la
situación que se vivió con la que hoy en día nos sigue oprimiendo en casi las
mismas cosas. No, no os asustéis, pese a su aspecto experimental, dichas
opiniones están perfectamente integradas con el conjunto de lo que se nos
cuenta.
Por otro lado, están los
hechos históricos que se narran. Un periodo semienterrado en los libros de
Historia, en el cine y en la literatura (por intereses a mi parecer nada
ocultos), que poca gente conoce.
Sinceramente, yo no
recuerdo haberla estudiado nunca. Llegué a ella hace unos años cuando buscaba
mujeres feministas del siglo XIX. Las primeras que me aparecieron fueron
aventureras victorianas, inglesas principalmente; pero entonces empecé a
encontrar mujeres revolucionarias, con exigencias e intereses totalmente
actuales, que despertaron mucho más mi admiración. Allí estaban Louise Michel,
André Leo, Elisabeth Dmitrieff, y tantas “petrolouses” anónimas que dejaron su
vida por la dignidad, por la libertad, por la fraternidad. Y entonces fue
cuando me enamoré de este episodio histórico.
Las tropas versallesas
asesinaron a 30.000 hombres, mujeres y niños; y la Historia que dictan los
vencedores ha tratado de enterrar a través de la indiferencia sus historias. No
lo consiguieron del todo, pero ese silencio velado sigue ahí.
Vistos los movimientos
asamblearios que están surgiendo, que hablan de la emanación del poder de abajo
hacia arriba, quienes no estudian la Historia están condenados a repetirla.
Ayer, mientras veía la película, se me ponía la carne de gallina al pensar lo
poco que hemos cambiado, el enemigo interno que todxs tenemos, la gran división
que mostramos no en lo que queremos conseguir, sino en cómo conseguirlo.
Si bien se tratan tantos
temas en la película que podría escribir 100 artículos sobre ella, me voy a
centrar en unos breves apuntes que dejo para la reflexión:
- Si bien las mujeres tomaron parte activa en los acontecimientos, el machismo imperante entre los propios comuneros, llevó a que ninguna de ellas fuera miembro electo del ayuntamiento, y que se pretendiera que únicamente hicieran labores de intendencia para las tropas. Inicialmente incluso no se les permite tomar el fusil y marchar con la Guardia Nacional en defensa de la comuna. ¿Os suena de algo? ¿Tanto han cambiado las cosas?
- Una de las primeras medidas que se tomaron fue eliminar la religión de la educación y reclamar el derecho a la Cultura para todxs. Tenían muy claro aquellxs proletarixs que la información es poder… La campaña de idiotización masiva en la que nos tiene sumidxs la industria del entretenimiento lleva años dando sus frutos. No se fomenta el pensamiento crítico, se alardea de la ignorancia, se propaga el desconocimiento sobre las culturas ajenas y la desinformación sobre lxs olvidadxs de la Socidad.
- Ante los ataques de la derecha y la desconfianza reinante entre los cientos de colectivos que integraban la comuna, se cayó en las purgas y en la anulación de la crítica interna. Leyendo a algunxs Podemitas en foros de internet, creo que la gente no ha aprendido nada. Todxs aquellxs que lincharon a Willy Toledo cuando manifestó su disconformidad con el partido, y los que atacan a la plataforma “Ahora en Común”… ¿Por qué no se pueden discutir las cosas sin masacrarnos entre nosotrxs? NO TODA CRÍTICA ES DESTRUCTIVA… a ver, vamos a intentar repetirlo todxs como un mantra….NO TODA CRÍTICA ES DESTRUCTIVA, CIERTAS CRÍTICAS BUSCAN MEJORAR LAS COSAS.
- Una diferencia tremendamente evidente que me llama la atención respecto a aquella época. Una gran mayoría de izquierdas pretende que sea el Sindicato, o el Partido Político al que vote quien arregle el mundo. Y cuando no lo consiguen o directamente ni lo intentan, se asombran, se extrañan, se enfadan. Se olvidan de que esos partidos y esos sindicatos son un reflejo de las personas a las que representan. Cada unx de nosotrxs tiene la responsabilidad de EXIGIR que se le pregunte, pero también de aportar su granito de arena a esa nueva construcción de la Sociedad. Es muy cómodo criticar desde el sofá de casa, o desde la barra del bar, pero se construye voluntad popular en nuestros trabajos, en nuestros colegios, en nuestras tabernas, en nuestras casas. Y debemos ser capaces de jugarnos nuestra zona de confort, de arriesgarnos a perder lo poco que tenemos. En la Comuna, cuando se habla de liberación de la mujer, las mujeres se organizan entre ellas para organizar guarderías, o para ayudar a ancianas que no pueden valerse por sí mismas, o para formar batallones… Nadie se lo ordena, ni un sindicato, ni un líder. Yo no quiero líderes. Ninguno. Quiero personas como yo, y como tú, que lees esto, que aporten su energía y su tiempo para hacer del mundo un lugar más solidario.
Podría
seguir hablando de muchos temas más, pero creo que la reflexión sobre todos
ellos es un trabajo personal, y que nadie debe hacerlo por nosotrxs. Entonces
será cuando podamos juntarnos a discutir y a enriquecernos con los puntos de
vista de los demás.
Así que,
os lo suplico, ya sé que dura 5 horas y 40 minutos, que es en francés
subtitulado… da pereza, lo sé, pero no os vais a arrepentir. Se puede descargar
a través del Rebeldemule (aquí va al link), y si alguien no sabe hacerlo, que
me la pida. Pero por favor, devolvamos la Comuna a su justo lugar en la
Historia. Vedla, leed en Wikipedia o en donde sea lo que allí pasó. Es nuestro
deber de cara a la Memoria Histórica de todxs los desheredadxs.