miércoles, 26 de octubre de 2011

CONFRONTACIÓN FRENTE A COOPERACIÓN





Lo confieso: hace ya al menos dos años que no veo la televisión. Ni la de pago, ni la gratuita. Ni los telediarios ni "La noria". De cuando en cuando me descargo series por Internet y, como siempre, sigo tragando cine sin parar, pero eso es todo.

Tal vez a alguna persona le gustaría oírme decir que pasé mono, igual que cuando trato de dejar de fumar, pero me temo que eso no me ha pasado en absoluto. No es que haya decidido dejar la televisión, sino que ella me ha dejado a mí. Esa competencia despiadada, los anuncios, los cambios de horario, el maltrato o la directa desaparición de la parrilla de series que me gustaban a mitad de temporada y, sobre todo, las jaulas de fieras que inundan todos los canales, han hecho que me apetezca tanto ver la televisión como clavarme agujas al rojo vivo en la córnea.

Sin embargo, por su componente social, mi separación no se transformará nunca en un divorcio definitivo, porque siempre hay un momento en el que tengo que sufrir la caja tonta. Por ejemplo, siempre que voy a comer a casa de mi madre, tengo que soportar las continuas descalificaciones, malas maneras e insultos del programa "A buena ley". Y he recordado aquellos coloquios de "La clave", cuando yo era niña, que mi padre seguía con fruición y en la cual, en exposiciones respetuosas y ordenadas, diversas personas explicaban sus opiniones o experiencias al respecto de temas concretos. Han pasado más de veinte años desde entonces y me pregunto si es la crispación social la que lleva a que la gente disfrute tanto del insulto y la ofensa o si es la televisión la que nos provoca esa crispación social. Y he tratado de recordar cuando se produjo ese cambio.

El primer programa que me viene a la cabeza vino de nuestra Euskal Herria: ¿Recordáis "Toma y daca", de Antxon Urrusolo? Allí se produjeron varios cambios en los modelos de debate: por una parte, positiva para mi gusto, se le daba voz a la gente del pueblo, no solo a expertos reconocidos. Y eso es muy bueno, porque no hace falta una licenciatura para que la experiencia y el sentido común puedan convertir a muchas personas en expertos evidentes. Pero, por otra parte, empezaron ahí esos gallineros infernales en los que la falta de argumentos se suplía con gritos a mansalva.

Pero el tema no quedó ahí: luego apareció "moros y cristianos", que creo recordar que se emitía en Telecinco. Y así la jauría humana llegó a la televisión estatal. Desde entonces, este formato se ha exportado a programas del corazón, reality shows y coloquios varios.

En ocasiones me dedico a la enseñanza y, observando a la generación que ahora tiene veintipocos, no me sorprende comprobar que esas formas y maneras se han introducido en sus relaciones personales, en sus discusiones en clase y, digo yo, en su forma de plantearse la vida.

Se habla mucho de la violencia, pero solo de la física: terrorismo, violencia de género, asesinatos, guerras.. y nadie pensé en esa violencia intrínseca que llevamos metida adentro y que es el primer paso necesario para llegar a esa segunda violencia, mas visible pero igual de peligrosa. Nadie parece recordar que en la segunda república, los problemas empezaron con discusiones fuera de tono entre políticos de distintas ideologías, entre vecinos, amigos o compañeros de trabajo; y que acabamos sumidos en una guerra civil: la guerra entre hermanos, entre vecinos, en la que la falta de argumentos se suplió con la fuerza de las balas. Se eliminó una democracia a favor de una dictadura. Y hoy en día, eso es lo que quiere conseguir ese bipartidismo salvaje que nos ha tocado.

Debemos encontrarnos en dos bandos enfrentados, y todo aquel que no esté con nosotros, está contra nosotros. Para qué dialogar y encontrar objetivos comunes, para qué exponer ordenada y respetuosamente todas las gamas de gris si ya existen el blanco y el negro.

En nuestras manos está el llevar la educación, buenos modales, el raciocinio, las ganas de aprender y los argumentos bien elaborados a nuestra vida diaria. Para quien me diga que no le gusta discutir, que sepa que la Real Academia de la Lengua Española define dicho verbo como:

1) Dicho de dos o mas personas, examinar atenta y particularmente una materia.

2) Contender y alegar razones contra el parecer de alguien.



La discusión es necesaria. Aprendamos a disfrutar de ella. Aprendamos a cooperar en vez de a pelearnos. En eso consiste la civilización y la cultura, valores tan denostados hoy en día.

Y para terminar, la letra de la canción "Asuntos serios", de "El puchero del Hortelano", que ojalá nos la aplicáramos en todos los ámbitos de nuestra vida:



Pienso, y son asuntos serios,

lo poquito que nos queda si perdemos el respeto.

Siento, y a veces me avergüenzo,

por todos los que les falta, los que no lo conocieron.

Miento, si digo ahí soy perfecto,

son abruptos los senderos que conducen a mis adentros.



Pero llevo para darte lo que para mi deseo,

el beneficio de la duda, las maneras, los recreos,

la sonrisa mañanera, los perdona, los te quiero,

las miradas transparentes, los abrazos, los pañuelos.



Veo, aunque no quiera lo veo,

mala leche gratuita, veo mentira veo desprecio,

y poco arte en las maneras y en las formas,

veo el acoso hacia el más débil y eso es lo que más me colma.



Porque, llevo para darte lo que para mi deseo,

el beneficio de la duda, las maneras, los recreos,

la sonrisa mañanera, los perdona, los te quiero,

las miradas transparentes, los abrazos, los pañuelos.



Pienso, y son asuntos serios,

lo poquito que nos queda si perdemos el respeto.

Siento, y a veces me avergüenzo,

por todos los que les falta, los que no lo conocieron.

Miento, si digo ahí soy perfecto,

son abruptos los senderos que conducen a mis adentros.



Pero llevo para darte lo que para mi deseo,

el beneficio de la duda, las maneras, los recreos,

la sonrisa mañanera, los perdona, los te quiero,

las miradas transparentes, los abrazos, los pañuelos.



Porque es que aunque no quiera lo veo,

mala leche gratuita, veo mentira veo desprecio,

y poco arte en las maneras y en las formas,

veo el acoso hacia el más débil y eso es lo que más me colma.

4 comentarios:

  1. Y aqui quiero abrir un debate.
    ¿La gente porqué ve la tele? ¿Ve salvame porqué es lo único que dan? ¿O son las televisiones las que programan lo que, seguún ellos, el públco demanda?
    Tan tontos nos considerán... tanta falta de gusto por lo bueno nos asignan... ¿con que derecho?... A falta de jamón serrano buena es la mortadela... Que pongan buenos programas y verán lo que les da audiencia "dinero".
    Hace poco pusieron la peli "El intercambio", no recuerdo la cadena... y creo que fue una pasada de record de audiencia, ¿porqué?...

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  2. Si la tele da lo que da, es porque la gente lo ve. Ahora bien: creo que lo que analizan son las estadísticas de horarios por franjas de edad, nivel económico, nivel cultural, etc... habría que preguntarse cual es el perfil de personas que ven "Sálvame". Y mientras gente como nosotros vea cada vez menos la televisión, más se empobreceran los contenidos, porque los que siguen viéndola solo quieren carnaza y desconexión de cerebro...

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  3. Bueno pues se me ha ocurrido una idea, que la verdad no se si vale de algo.... Animémos a las personas que conocemos a poner la tele aunque no la vea... que pongan la tele a las horas en que den ciertos contenidos con un mínimo de interés, aunque no lo vean... ¿funcionaría? ¿cambiarían la programación? Yo creo que no. Creo como he dicho en otro comentario que realmente interesa que estemos abobados, cuanto y cuantos más mejor. Interesa ganado que haga caso al perro pastor sin protestar... y mientras el tema de conversación en el descanso del curro sea "con quien se a liao´esta o el otro" en vez de "¿sabeis que quieren abaratar el despido?"... mejor para que puedan andar a sus anchas... esta todo entrelazado, todo... si lo miras bien.
    Por cierto mola tu blog... mola estar en contacto de esta forma. Estamos pronto.

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  4. Leéte esto pichin;
    http://www.rebelion.org/noticia.php?id=138718&titular=el-secuestro-de-la-voz-del-pueblo-

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